El reciclaje es la transformación de las formas y presentaciones habituales de los objetos de cartón, papel, lata, vidrio, algunos plásticos y residuos orgánicos, en materias primas que la industria de manufactura puede utilizar de nuevo.

El reciclar es una actividad necesaria para las personas, incluye salubridad y otras acciones. Es una buena forma de proteger el ambiente.

La producción de mercancías y productos, que hace crecer el consumo y como consecuencia el aumento de desechos de diverso tipo —algunos de los cuales no pueden simplemente acumularse o desecharse, pues representan un peligro real o potencial para la salud—, ha obligado a las sociedades modernas a desarrollar diferentes métodos de tratamiento de tales desechos, con lo que la aplicación del reciclaje encuentra justificación suficiente para ponerse en práctica.

El reciclaje es el tercer paso de cuatro en un proceso de eliminación de residuos. En cuanto a su respeto ambiental se clasifican de mayor a menor en: El primero y más importante sería la reducción, es decir, producir la menor cantidad de desecho posible. El segundo sería la reutilización, o volver a usar un objeto para el fin con el que se creó. El mejor ejemplo serían las botellas de vidrio retornables. El tercero sería el reciclaje, como veis no es el más importante, ni siquiera el más respetuoso con el medio, pero si el que más negocio genera a su alrededor. El cuarto sería la recuperación energética en plantas como las incineradoras.

El reciclaje en España

En España la gestión de recogida de los envases de plástico, metal, vidrio, briks, envases de cartón y papel para su reciclado, está en manos de Ecoembes (Ecoembalajes España, SA), sociedad anónima sin ánimo de lucro. La cadena de reciclado empieza cuando los consumidores separan los envases de los productos del resto de la basura y los depositan en los distintos contenedores.

Podemos diferenciar diferentes contenedores según el color o la forma para depositar los desperdicios adecuadamente, facilitando así el reciclaje. Los cuatro primeros son los más comunes, los que llevan más tiempo y que podemos encontrar más fácilmente, los siguientes, están, en algunas ciudades, juntos a los otros cuatro, o en lugares específicos anunciados por los ayuntamientos.

Tipos de contenedores

  • Contenedor azul: en él se debe depositar el papel (folletos publicitarios, revistas, periódicos, cuadernos, folios, bolsas de papel, etc.) cartón (cajas de zapatos, envases de cartón, paquetes, hueveras, etc. y derivados de ellos.  
    Si es posible, se debe depositar sólo papel y cartón limpio (por ejemplo, no manchado con comida o grasa) sin cintas adhesivas, trozos de plástico como ventanillas de sobres o grapas.

Con el papel y cartón usado se elabora de nuevo papel y cartón, que se encuentran en productos como cajas de cereales, galletas o medicamentos, papel de escritura, envases de alimentos como la harina, el azúcar o el arroz, y embalajes en general.

  • Contenedor verde: en él se depositan, por un lado, botellas de vidrio (botellas de bebidas, envases de refrescos, envases de cervezas, etc.) y por otro, frascos y tarros de vidrio, envases de alimentos, conservas, etc.

     

    Se deben quitar, siempre que sea posible, las etiquetas de papel o las tapas de los botes que pueden ir al contenedor amarillo. No se deben introducir materiales como bombillas, cristales de ventanas, espejos, tapas o frascos de medicamentos.

  • Contenedor amarillo: en este contenedor se deben depositar los envases de plástico: de productos alimenticios, bolsas de plástico, envases de tetrabrik, botellas de limpieza, botes plásticos de bebidas, bandejas de corcho blanco, envoltorios, film alimenticio. Además de envases de metal, como latas de conservas, botes metálicos de alimentos, aerosoles vacíos, papel de aluminio, etc.
  • Contenedor naranja o gris: en este contenedor se deben depositar los restos de comida: desperdicios orgánicos, restos vegetales, restos animales, restos de café, etc., además de otro tipo de residuos: papel engrasado o plastificado, retales, cenizas, corcho, residuos diarios, etc.
  • Puntos Sigre (medicamentos): estos puntos gestionan la recogida de los residuos de medicamentos a través de las farmacias. En ellos los consumidores depositan los residuos de envases y paquetes con restos de medicamentos, una vez consumidos. Se pueden depositar en ellos medicamentos caducados o no, envases de medicamentos y prospectos. No se deben depositar termómetros, agujas, prótesis ni objetos.
  • Contenedores de pilas: las pilas son uno de los residuos domésticos más peligrosos por su contenido en mercurio y cadmio. Es necesario realizar una recogida selectiva de las pilas que se gastan, depositándolas en el contenedor específico, que se puede encontrar en el propio comercio donde se compran, para su recogida y tratamiento posterior o en los contenedores específicos para éstas en la calle.
  • Puntos Limpios: los Puntos Limpios son centros de recogida de residuos peligrosos o de gran volumen para los que no existe un contenedor específico en la vía pública. Constituyen el gran contendor, éste sirve para todo aquello que no se puede tirar a los contenedores de recogida selectiva Los Puntos Limpios son lugares de recogida gratuita. Aunque los residuos hay que llevarlos personalmente, suelen gestionarlos los ayuntamientos o unas empresas privadas designadas o concesionadas por éstos.

Para que los Puntos Limpios funcionen correctamente es necesario que los usuarios aporten los residuos previamente seleccionados y los depositen en los contenedores adecuados. No todos los Puntos Limpios admiten todos los tipos de residuos.

  • Morados o blancos: estos contenedores se utilizan para la recogida de ropa en buen estado para poder repartirla a los más necesitados. Generalmente está organizado por los ayuntamientos  y por alguna asociación que trabaje para las personas necesitadas.
  • Para el aceite usado: no tienen un color específico. En algunas ciudades están junto a los demás, en otras forman parte del punto limpio. Se debe depositar en botellas de plástico bien cerradas.

Curiosidades

–         Elegir a la hora de la compra aquellos productos que, tras su uso, tengan la menor cantidad de desperdicio posible.

–         Antes de convertirse en «basura», es decir, mezclarlos de manera irresponsable con otros desechos y con el medio ambiente, se pueden aprovechar más del 91,7% de los desperdicios para reutilizarlos. Cuando se convierten en basura apenas se logra rescatar un 30%.

–         Al utilizar papel no reciclado contribuimos al agotamiento de nuestros bosques.

–         Por cada tonelada (1000 Kg.) de papel y cartón que se produce se cortan 150 árboles.

–         Algunos aerosoles y aparatos de aire acondicionado provocan la destrucción de la capa de ozono, que sirve para protegernos de los rayos solares.

–         En los últimos 48 años se ha producido más basura que desde el origen del hombre hasta 1960.

–         Al separar los desperdicios y tirarlos como tales, es decir, el vidrio con el vidrio, el cartón con el cartón… mejoramos la calidad de vida de todos los ciudadanos.

–         Existen varios sistemas para deshacernos de la basura, pero ninguno resuelve el problema de la basura por completo: incineración, destilación, trituración, compactación, etc. La mejor forma de deshacernos de la basura es reciclándola.

–         Para reciclar la basura, primero es necesario separarla. Todos los desechos que se producen en una casa, se pueden dividir en dos grupos: desechos orgánicos y desechos inorgánicos.

–         Por mucho que insistan jamás debemos lavar en casa los envases antes de llevarlos a sus contenedores, puesto que esta actividad traslada el problema al agua y aquí es mucho más complicado el tratamiento.