Algo suena en mi interior

tan fuerte que me confunde

pero se alza y se difunde

hasta ser más que un clamor.

(La campana)

Con mi doble erre, ruedo, ruedo y ruedo.

Mi cuerpo es redondo, mi sed infinita.

Prefiero las sombras cerca de un viñedo.

El tiempo en mi vientre su oficio ejercita.

(El barril)

Con techo de hierro, pared de cristal,

las noches en vela me gusta pasar.

(La linterna)

Doce monjitas en un comedor,

con cuartos y medias y zapatos no.

(Las horas del reloj)

Empúñala con firmeza,

su cola es una maleza.

(La escoba)

En el cielo brinco y vuelo.

Me encanta subir,

flotar y lucir mi pelo.

(La cometa)

Encima de la mesa

está santa Teresa

con el pito tieso

y la boca abierta.

(El botijo)

Estando un muerto,

enterrado en un huerto,

pasó un vivo, le pisó el ombligo,

se levantó el muerto

y mató al vivo.

(El cepo)

Las cuatro hermanas gemelas

dan mil vueltas paralelas.

Giran, giran, siempre danzan

mas nunca jamás se alcanzan.

(Las aspas del molino)

Lo que no consiguen fuerza ni destreza

para mí es muy fácil, toda una simpleza

Pocos me respetan, pero no hay derecho,

pues sin mí estarían sin cama ni techo.

(La llave)

¿Qué será?¿Qué será?

Que está a la puerta

y no quiere entrar.

(El umbral)

Redondo, redondo

barril sin fondo.

(El anillo)

Redondo, redondo como un queso

y tiene el rabo tieso.

(La sartén)

Si sube, nos vamos.

Si baja, nos quedamos.

(El ancla)

Tenemos diez dedos,

sin huesos ni carne

(Los guantes)

Tiene cuatro patas,

mas no puede andar.

Tiene cabecera

y no sabe hablar.

(La cama)

Verde fue mi nacimiento,

amarilla mi mocedad

y ahora me visten de blanco

porque me van a quemar.

(El cigarro)

Va al campo y no come,

va al río y no bebe

y con sólo dar voces se mantiene.

¿Qué es?

(El campanillo o cencerro)

Te la metí, te la saqué,

te hice sangre y te la limpié.

(La inyección)

Tengo llaves pero no cerradura

y del blanco al negro

pasan por mi cintura.

(El kárate)

Escriba, escriba y comprobará

que mi nombre se lo he dicho ya.

(La criba)

En un cuarto me arrinconan

sin acordarse de mí

pero pronto van a buscarme

cuando tienen que subir.

(La escalera)

Nombre de ciudad tengo

y a todo el que froto

algo le desprendo.

(La lima)

Con la boca aprieto muy valiente

y nunca me rompo un diente.

(La llave inglesa)

Tengo cabeza de hierro

y mi cuerpo es de madera,

al que yo le piso un dedo,

¡menudo grito que pega!

(El martillo)

Golpe tras golpe,

clavo tras clavo,

eso es lo que yo hago.

(El martillo)

El que pinta es pintor;

yo pinto y no recibo tal honor.

(El pincel)

Soy largo y delgado,

con buena figura.

Mi pelo alocado

lo mojo en pintura.

(El pincel)

Es redonda, es de goma,

de madera o de metal

y sale a dar una vuelta

con una amiga igual.

(La rueda)

Aunque no soy importante,

en la vida pinto algo;

mas no podré trabajar

cuando yo me quede calvo.

(El pincel)

Ris, ras, ris, ras,

adelante y hacia atrás,

mientras tenga que comer

no dejaré mi vaivén.

(El serrucho)

Tengo dientes afilados,

que mucho brillan al sol,

y aunque me falta la boca

soy un feroz comilón.

(El serrucho)

Mil dientes bien en fila,

agudos y cortantes,

que árboles robustos

derriban al instante.

(La sierra)

Cuando me observas de lado,

parezco una cordillera.

El don que me fue otorgado

es dar forma a la madera.

(La sierra)