Psicología evolutiva

Psicología: la ciencia que estudia la mente. La psicología evolutiva estudia el desarrollo del ser humano durante toda su vida.

Desarrollo, viene determinado por aspectos genéticos y ambientales. Actualmente los estudios se centran en establecer cómo se relacionan estos aspectos.

Actualmente los estadios o etapas, se consideran más bien grandes cambios que se producen a lo largo de la vida de un individuo, cambios que dependen del individuo en cuestión, de su situación sociocultural, etc.

Lo que es común a todos los individuos es que todos pasamos por las mismas etapas y en el mismo orden.

A continuación expongo los grandes periodos por los que pasamos durante la vida. Estos periodos, a su vez, están divididos en varias fases.

1. Infancia           2. Niñez             3. Adolescencia

4. Juventud         5. Madurez        6. Vejez

1. INFANCIA

La infancia es el periodo transcurrido entre los 0 y los 6 años. Durante la infancia el ser humano adquiere los logros más importantes de toda su vida:

–          El reconocimiento de las personas: hacia los 3 o 4 meses de vida el niño se comienza a comportar de forma distinta según la persona con la que interactúan. Será hacia el octavo mes cuando el bebé incluso sienta miedo frente a los desconocidos. Posteriormente, cuando sea capaz de describir las características de otras personas, lo hará partiendo de lo externo.

–          Reconocimiento de sí: es posterior al reconocimiento de las otras personas. Entre los 9 y 12 meses el niño comienza a reconocerse frente a un espejo, pero hasta los 18 y 24 meses no reconoce su imagen y no usa los pronombres personales.

–          Adquisición de la identidad sexual: hacia los dos años de vida, el niño muestra preferencias hacia ciertos tipos de vestidos, juguetes… Según estén clasificados como “de niño” y “de niña”. A los 3 años ya se distinguen claramente como niño o niña, siempre partiendo de características externas, por lo que creen que pueden cambiar de sexo si sus características externas cambiasen.

–          Lateralización: entre los 3 y 6 años debe haberse producido la lateralización, aunque en algunos casos se produce incluso antes de los 2 años.

–          Locomoción y control postural: en los 3 primeros años de vida, el niño pasa de no saber ni moverse a poder andar, correr, saltar y mantener ritmos con manos y pies.

Además de estos logros se dan otros, como por ejemplo la adquisición de la lecto-escritura y la del lenguaje.

2. NIÑEZ

Este periodo abarca aproximadamente desde los 6 a los 12 años. En este periodo el niño llegará a:

–          consolidar su identidad

–          adquirir conciencia de sus capacidades y limitaciones

–          percibir su situación en el mundo social

–          aceptar las normas

–          adopta comportamientos cooperativos

–          desarrollar actitudes y comportamientos de participación, respeto recíproco y tolerancia.

Desarrollo afectivo- social

El hombre es un ser social que necesita entrar en relación con los demás. Desde que el niño nace comienza la relación social, primero con las personas más cercanas a él. Después irá aumentando paulatinamente su círculo social.

Para una buena socialización del niño es imprescindible que se involucren las personas de su alrededor.

En el ámbito afectivo- social la niñez es una etapa relativamente tranquila en al vida del niño, ya que más que nada se consolidan los grandes logros adquiridos durante la infancia (identidad, control de esfínteres,…)

En la etapa de la niñez, los agentes socializadores más importantes son los siguientes:

–          Familia: los niños y niñas de estas edades tienen una fe ciega en los adultos de su entorno (padres, profesores, monitores,…) No será hasta final de la infancia o principio de la adolescencia cuando los adultos comiencen a perder importancia a favor del grupo de iguales.

La familia es la que establece las normas y rutinas en la vida del niño. Contribuye a configurar la identidad, autoconcepto, autoestima y las características de la personalidad del niño.

–          El grupo de iguales: en este periodo los grupos son de niños o de niñas, pocas veces mixtos. Ésta es la edad en la que niños y niñas se tiene “asco” mutuamente.

Desde los 6 a los 9 años son inestables, creados para conseguir un objetivo, una vez conseguido, el grupo se disuelve. De los 9 a los 12 comienzan a aparecerse las pandillas, y los grupos son más estables, aunque todavía no toman la importancia que llegarán a tener durante la adolescencia.

–          Escuela y otros educadores: en el momento de la escolarización el niño abre su campo social. Hasta este momento su única interacción social se daba en su familia. Al entrar al colegio deberá aprender nuevas normas, a respetar a compañeros…

El maestro toma un papel muy importante para el niño, ya uqe durante gran parte del tiempo es su figura adulta de referencia. En el caso de la educación fuera del colegio, el educador toma también mucha importancia para el niño. No debemos olvidar que los niños y niñas de estas edades se guían totalmente por lo que los adultos dicen o hacen.

Recomendaciones para tratar con niños y niñas:

  1. Debemos tratar al niño con respeto y cariño, ya que eso hará que se muestre cariñoso con los demás y que nos tenga aprecio además de respeto.
  2. Cuando le planteemos pequeños problemas debemos ser pacientes, permitirle equivocarse, animarle a que lo intente de nuevo, felicitarle por el éxito… Esto hace que el niño se sienta eficaz, competente y querido.
  3. los niños y niñas todavía no tienen su propia escala de valores, por lo que se guían por lo que los adultos de su entorno dicen y hacen. Esto es una gran responsabilidad para nosotros, los monitores, pues, aunque no nos demos cuenta, somos un modelo a seguir por los niños.

–          El juego: los juegos contribuyen al desarrollo afectivo-social y moral del niño. Al comienzo de la niñez aparece un respeto a las reglas del juego. El proceso es lento, pero al final de este periodo los juegos serán manifiestamente reglados.

Desarrollo de la personalidad

Antes de los 6 años aproximadamente los niños y niñas se describen a sí mismos en términos físicos y de actividad. Por ejemplo, un niño puede describirse a sí mismo como “soy moreno, llevo un baby azul…”

Conforme los niños crecen, el autoconcepto va modificándose y ganando en contenido de carácter psicológico y social. Hacia los 6-8 años comienzan a describirse como personas con pensamiento, deseos y sentimientos distintos a los demás. Comienzan a describirse “por dentro”.

Al mismo tiempo desarrolla la dimensión social de su “yo”. Comienza a describirse como incluido en un grupo social determinado.

En cuanto a la identidad sexual, es hacia los 7-8 años cuando la identidad sexual comienza a definirse por los genitales.

Hasta este momento se definía por signos externos (ropa, pelo, pendientes,…). A los 5-6 años se asume que la identidad sexual es un rasgo inmutable, ya que hasta este momento la mayoría de los niños admiten que su sexo puede cambiar al cambiar su apariencia externa.

Desarrollo perceptivo- motor

A través del movimiento el niño descubre e interioriza el mundo que le rodea. Sobre los 6-7 años, el niño alcanza los siguientes logros:

– Termina de formar su imagen corporal a través de la interacción con el mundo.

– Desarrolla las posibilidades de control postural.

– Consigue una independencia de los segmentos corporales.

– Llega a una afirmación de la lateralidad.

– Adquiere una independencia brazo-mano y una coordinación y precisión óculo- manual, fundamentales para la lectoescritura.

Hacia los 8-9 años:

–          Se alcanza la maduración nerviosa, con lo que los movimientos son más armónicos y precisos.

–          Alcanza un buen equilibrio.

Durante los últimos años de la niñez se consolidan los logros obtenidos anteriormente y algunos niños y niñas comienzan con los procesos característicos de la adolescencia.

Alteraciones comportamentales y conductas asociales en la infancia

Es bastante probable que nos encontremos en algún campamento con un niño que presente problemas de conducta.

El niño con problemas de conducta social suele ser incapaz de comportase adecuadamente con sus compañeros y en algunas situaciones sociales.

Estos trastornos de conducta normalmente se pueden observar desde edades tempranas, aunque hay situaciones que provocan conductas atípicas en algunos niños (que eche de menos a sus padres, que los compañeros se burlen de él…)