Podemos definir tolerancia como el respeto a las opiniones y prácticas de los demás, aunque no coincidan con las propias.

En la sociedad plural como es la nuestra es imprescindible la tolerancia para poder vivir en armonía.

La educación debe hacer lo posible para desarrollar actitudes de aceptación y respeto a todas las personas por igual.

Distinguimos varios términos unidos a la intolerancia:

ESTEREOTIPO: componente cognitivo que hace referencia a los atributos personales de un grupo social, y en que, aunque éstos sean más frecuentemente rasgos y personalidad, no son los únicos.

PREJUICIOS: componente afectivo es un fenómeno intergrupal que consiste en la orientación negativa hacia el objeto de prejuicio. Puede implicar conductas negativas. Injusto, sesgado y que incurre en generalizaciones excesivas. Es una actitud.

DISCRIMINACIÓN: todas aquellas conductas negativas dirigidas contra las personas del grupo que se trate.

Dentro de los prejuicios encontramos el racismo, muy común en nuestra sociedad.

RACISMO: sentimiento de desprecio o rechazo hacia los individuos de razas diferentes a la propia.

En la actualidad el racismo es algo mal visto, y que las leyes están hechas a favor de la igualdad. Sin embargo, el racismo sigue existiendo, aunque algunas veces enmascarado. Podemos distinguir entre racismo simbólico o moderado. Muchas personas no se consideran racistas, y están a favor de la igualdad, sin embargo pueden estar en contra de, por ejemplo, determinadas ayudas que solo se conceden a grupos minoritarios.

El problema del racismo está muy influido por la situación social. En España la inmigración es en la actualidad un fenómeno común. Esto está provocando que un país que hasta hace poco tiempo albergaba una sola cultura haya pasado a ser una sociedad multicultural.

La educación para la tolerancia debe facilitar la creación de una sociedad en la que se promueva un encuentro entre distintos colectivos, grupos étnicos, etc., donde se produzca un intercambio en igualdad conservando la especificidad de cada uno, al tiempo que buscando el enriquecimiento mutuo.

Algunos objetivos que la educación intercultural persigue son los siguientes:

–          Respetar y tolerar diferentes formas de entender la vida

–          Valorar los aspectos positivos de otras culturas.

–          Superar prejuicios respecto a personas y grupos étnicos- culturales diferentes.

–          Potenciar el sentido crítico constructivo respecto a la propia cultura y a los demás.

La educación intercultural ha de dirigirse hacia el origen de los problemas que muchas veces plantea la relación entre sociedades distintas o bien mayoritarias- minoritarias,  y no únicamente hacia las manifestaciones de esos problemas.

Esto significa que no es posible eliminar el racismo sin haber eliminado las causas. Es imprescindible transformar la valoración negativa de la diferencia por una valoración positiva.

También tenemos que tener en cuenta que muchas veces la marginación que vamos a ver en los grupos no va a ser hacia personas de minorías étnicas o sociales, sino a muchachos distintos del resto por cualquier motivo.

Desde nuestro lugar como monitores, la mejor metodología es realizar actividades de cooperación más que de competición. Siempre debemos tratar de que todos los chicos se sientan parte del grupo.

El realizar actividades cooperativas, no quiere decir que todos hagan lo mismo perdiendo su identidad. Lo que se pretende es trabajar por objetivos comunes.

COEDUCACIÓN

El término coeducación es utilizado comúnmente para referirse a la educación conjunta de dos o más grupos de población netamente distintos: aun cuando ha sido a veces aplicado a la educación conjunta de grupos formados sobre la base de características de diversos tipos (clase social, etnia, etc.), su uso habitual hace referencia a la educación conjunta de dos colectivos humanos específicos: hombres y mujeres. Esta es la acepción que será considerada.