Qué es el campismo

Es el arte de acampar, es decir, permanecer en el medio natural durante al menos una noche, independientemente de los medios con que se realice.

Un buen campista es quien a la vez de sentir deleite por estar en contacto con la naturaleza, sabe cómo acampar.

Según los medios con los que contamos, podemos distinguir tres tipos de acampada:

ORDINARIA: se lleva material previamente preparado y transporte al lugar de la actividad.

DE FORTUNA: se emplea sólo lo que la naturaleza nos brinda, la tienda se sustituye por una construcción con ramas y hojas.

VIVAC: sólo se usa el material individual y lo que la naturaleza nos ofrece, pero sin modificarlo.

Una vez determinada la forma elegida para acampar, debemos buscar un buen lugar para ello. Tenemos que tener en cuenta unos determinados factores:

  • Belleza del lugar.
  • Resguardado de los vientos.
  • Terreno seco.
  • Vegetación abundante.
  • Proximidad de agua potable.
  • Alejado de los núcleos de población, pero sin excesos.

Algo muy importante es dejar el sitio donde hemos acampado en mejores condiciones que como nos lo encontramos. Así si otra vez volvemos, estará bien.

Recomendaciones para la práctica del campismo

Materiales que debes preparar

Haz una lista de los materiales así como del equipaje que vas a llevar al campamento. La experiencia va haciendo que adquiramos una serie de conocimientos muy importantes para el correcto desarrollo del campismo. Esta experiencia puede ser útil a los que comienzan a practicar esta forma de ocupar su ocio y puede que les ayude a no cometer algunos errores que les hagan desagradables unas prácticas que, en principio, deben ser placenteras.

Para empezar, deberás saber que la práctica del campismo está regulada por unas normativas particulares en cada región autonómica, por lo que deberás conocerlas para evitar problemas legales.

En segundo lugar, deberás proveerte del material necesario, dependiendo del tipo de acampada que vayas a efectuar. A continuación mostramos los materiales esenciales para la acampada:

Equipo necesario para la acampada

–          Clavos, cuerdas y martillo

–          Un toldo de los que vienen dotadas las tiendas

–          Una esterilla aislante, o colchón inflable

–          Saco de dormir. Escoger el tipo según aconseje el experto, pues abrigan muy diferentes unos de otros.

–          Lámparas de gas o a pilas. Mejor a pilas y fluorescentes en caso de tiendas.

–          Utensilios de cocina (bombona, camping-gas, cerillas, abrelatas, sartén, platos y cubiertos a ser posible desechables, jabón, estropajo, etc.)

–          Útiles de aseo personal.

–          Un transistor, bolígrafo y papel. Hoy en día el teléfono móvil con los números de emergencias más cercanas disponibles.

–          Ropa y calzado apropiado (calzado y a domado). Hay que tener en cuenta que los deportivos no son los más apropiados, ya que su misión es hacer deporte unas horas y no tenerlos todo el día.

–          No olvidar la documentación personal. Incluye DNI y tarjeta sanitaria.

–          Es aconsejable llevar un botiquín elemental, que incluya vendas y algo contra las picadoras de insectos.

–          Botiquín

Tienda de campaña

Las tiendas más utilizadas para acampadas de media y baja montaña son las canadienses y las iglús. Las canadienses son más pesadas, pero también más resistentes frente al viento y la lluvia.

  • La canadiense: se compone de una tienda interior confeccionada generalmente en seda o tejido similar, a la que va cosido el suelo (normalmente de plástico). Por encima de la tienda interior, y sin que haya contacto entre ambas, se coloca el doble techo de material impermeabilizado.
  • El iglú: tiene los mismos componentes que la canadiense. Se diferencian en la forma. Los hierros de la tienda son flexibles y forman una estructura como una cruz, que se engancha a la tienda interior dándole la forma.

Dónde poner la tienda de campaña

Debemos poner la tienda en un lugar ligeramente inclinado, para evitar el estancamiento de aguas en caso de lluvia, con el suelo blando, alejado de las zonas habituales de caída de agua. Hay que buscar un terreno lo más seco posible. No podemos poner la tienda en una zona privada, si no hemos pedido permiso para ello. Tampoco debemos olvidar orientar la tienda de modo que la entrada esté de espaldas a la dirección del viento.

Mantenimiento de la tienda de campaña

Mientras la tienda está montada debemos procurar que no haya ningún objeto en el interior pegado a la pared haciendo que la tienda interior roce el sobretecho, ya que éste es impermeable mientras no roza con nada.

Así mismo es muy importante revisar cada mañana las piquetas, de forma que el sobretecho esté tenso.

Igualmente hay que mantener tensos los vientos. Una vez acabada la acampada debemos doblar correctamente la tienda. En caso de que esté húmeda debemos airearla en casa hasta que se seque completamente. Si no lo hacemos puede pudrirse.

Dónde hacer vivac

Para hacer vivac tenemos que encontrar un sitio seco, resguardado del viento. Es aconsejable echarse por encima un impermeable (sobre todo en lugares húmedos) para evitar que entre humedad al saco. Para esto también se fabrican unas fundas de nylon.

Prepara tu mochila

La mochila debe ser grande, liviana, impermeable y con correas amplias que no molesten en los hombros. Si puede ser con varias aberturas por donde sacar lo que nos haga falta sin tener que vaciarla.

Si llevamos la mochila bien colocada nos evitará lesiones de espalda y cansancio innecesario.

Llenar la mochila es todo un arte que requiere su tiempo, con una buena labor la espalda sufrirá menos. Sobre terrenos fáciles hay que colocar los objetos pesados arriba y cerca de la espalda. De esta forma el punto de gravedad se sitúa cerca de los hombros y el peso recae en la cintura. Sobre terrenos difíciles el peso se coloca en la mitad de la mochila y cerca de la espalda, haciéndolo coincidir con el punto de gravedad.

Lo que nunca hay que hacer es colocar el material pesado en la base, provoca gran tensión en los hombros, los empuja hacia atrás, y fuera y arquea hacia delante la zona lumbar de la columna. En esa situación la espalda soporta el peso y la presión producida al intentar corregir la posición.

No olvides que la mochila es “una bolsa de bolsas”. Los artículos emparentados, como utensilios de comer, de aseo, de ropa interior, van en su propia bolsa, separada del resto, de esta forma puedes encontrar las cosas fácilmente.

Coloca bolsas con materiales blandos, sin puntas, en el sector donde la mochila tocará tu espalda.

Coloca en el fondo las cosas que no utilizarás de inmediato. Las cosas de abrigo o contra la lluvia, ponlas en la parte superior.

Utiliza los bolsillos de la mochila para aguardar los artículos más pequeños  y de uso más inmediato.

Para llevar el saco de dormir y la carpa, ubícalos sobre la mochila ya cerrada, o abajo entre el armazón y la bolsa.

La mochila cargada no debe pesar más del 20% del peso de tu cuerpo. La distribución de la carga debe dejarte siempre con las manos libres.

Marchas

Una marcha consiste en unos días dedicados casi completamente a caminar. Debe estar bien planificada, es importante haberla recorrido antes si vamos con niños y llevar un buen equipo de orientación.

Una marcha debe planificarse sobre un mapa, tenemos que contar con sitios donde coger aguar y donde descansar.

Siempre se debe evitar, en la medida de lo posible, las marchas por carretera. Si no hubiese más remedio hay que asegurar un monitor a una distancia considerable del grupo, tanto por delante como por detrás. Estos deben ir bien visibles e indicar a los posibles coches la existencia del grupo. Recordamos también que en marchas de más de 20 personas se debe caminar por la derecha con las mismas precauciones.

A la hora de caminar en trayectorias largas es mejor ponerse un par de calcetines que uno sólo muy grueso; esto evitará que se hagan pliegues que molesten. Además, entre los dos calcetines se hace una pequeña cámara de aire que nos mantiene los pies más calientes. Al llegar al lugar es conveniente ponerse calzado más cómodo para librar la opresión en los pies. No debemos caminar con los pies mojados y menos sin llevar calcetines. En ambos casos se nos harán rozaduras.