Puede considerarse como el periodo comprendido entre el final de la adolescencia y la vida adulta. Su duración es variable y depende de muchos factores (culturales, sociales…)

Las características son: vigor, entusiasmo, actividad física, asimilación orgánica e intelectual, capacidad adaptativa, toma de decisiones…

Se trata de una etapa tranquila. Los grandes cambios se han producido durante la adolescencia, y los mayores problemas que pueden darse se refieren a la incorporación al mundo labora, la búsqueda de pareja estable…

Técnicas de modificación de la conducta

Fomentar conductas

–          Selección de reforzadores: se trata de elegir algo que el niño valore y premiarle con ello cuando realice la conducta que deseamos.

–          Aproximaciones sucesivas: se utiliza cuando el niño no es capaz de hacer algo de golpe. Consiste en marcar unas metas que al final nos lleven a la realización de la conducta.

–          Señalamiento: consiste en informar al niño de su avance por medio de indicadores.

Mantener conductas

–          Principio de sustitución: siempre que usamos refuerzos es conveniente cambiarlos de vez en cuando para que sigan siendo efectivos.

–          Uso de refuerzos intermitentes: una vez lograda una conducta, no es necesario reforzarla cada vez que se realice. Basta con reforzarla de vez en cuando.

Refuerzos para inhibir una conducta:

–          Refuerzo negativo: consiste en imponer al niño algo que no le gusta. Se diferencia del castigo en que el niño tiene la capacidad de terminar con eso que no le gusta si cambia la conducta. (Por ejemplo, apartar a alguien del grupo hasta que decida portarse bien. Le das la responsabilidad de decidir que ya ha acabado su castigo).

–          Castigo: se trata de imponer algo negativo al niño sin permitirle que lo cambie al modificar su conducta.

–          Saciedad: se puede utilizar cuando la conducta negativa no es seriamente dañina. Consiste en obligar a repetir esa conducta aunque no quiera.

–          Reprimendas: hay que hacerlas con delicadeza, sin poner en ridículo al niño y preferiblemente en privado.

–          Aislamiento social: consiste en separar al niño del grupo.

–    Recompensar la conducta alternativa: podemos inhibir una conducta negativa simplemente dándole la oportunidad de realizar una conducta alternativa. Es recomendable utilizar la conducta contraria a la que ha realizado. Se trata, en definitiva, de dar una responsabilidad al niño. Es muy útil cuando tratamos con niños que se portan mal porque quieren llamar la atención.