La mayoría de los excursionistas regresan habitualmente agotados y satisfechos de haber logrado ascender a una cima o conocer determinado paraje, aunque algunos volverán defraudados debido a algún contratiempo. Respecto a estos últimos, depender del propio excursionista evitar el 90 % de las situaciones de peligro que se presentan en la naturaleza. Y uno de los problemas más frecuentes es la desorientación. Por ello, saber orientarse en cualquier zona es una virtud, muy escasa debido al estilo de vida urbano de la mayoría de la población. No es seguro orientarse por instinto o por un vago conocimiento de un lugar, ya que será más fácil extraviarse.

En el hombre y en los animales todos, la orientación es una forma de conocer el mundo a partir de puntos ya conocidos. Es un instinto que tenemos ya desde recién nacidos y que se puede observar en los niños pequeños cuando buscan un objeto que se perdió de su vista porque algo se cruzó y lo ocultó. En la ciudad, el trazo generalmente cuadrado de las calles hace que el hombre se sienta muy limitado, sobre todo porque parece que sólo se moviera en un plano, es decir, en un mundo de sólo dos dimensiones (porque además, la llegada de los elevadores y las escaleras eléctricas hacen que el movimiento vertical se anule casi por completo) y de esta manera ese instinto de orientación está sumamente reducido.

¿Qué es la orientación?

La orientación, vista de esta manera, es el conjunto de técnicas necesarias para que el hombre pueda moverse en un espacio tridimensional a partir de puntos de referencia específicos. Es necesario remarcar la importancia de esta tridimensionalidad, pues es precisamente este cambio de un mundo cotidiano de dos dimensiones a otro de tres el que hace sentir a la gente que es muy complicado moverse y orientarse en el campo. A rasgos generales, se distinguen dos tipos de orientación: artificial o con instrumentos elaborados por el hombre, y la natural, donde se utilizan todos los elementos que nos proporciona el medio. Precisamente este último tipo de orientación es el que ha perdido el hombre de la ciudad.

Los mapas cartográficos

Los mapas pueden estar dibujados a diferentes escalas, lo más común es que estén dibujados a escala 1:50000 o a 1:25000. En el caso de la escala 1:50000, 1 cm que medimos en el mapa equivale a 50000 cm en la realidad 500 m. Así, en los mapas de escala 1:25000, 1 cm del mapa son 250 m en la realidad.

Con esto podemos deducir que los mapas de escala 1:25000 son más detallados que los otros, y se ven las cosas más grandes. Estos nos van a venir muy bien para no perdernos en las marchas.

En un mapa cartográfico podemos ver muchas cosas. En primer lugar vamos a ver los símbolos que aparecen en todos los mapas y lo que significan:

En primer lugar, vemos unas líneas rectas, todas del mismo color, y que son unas verticales y otras horizontales. Esas líneas nos indican los meridianos (las verticales) y los paralelos (las horizontales). Estas líneas son perpendiculares entre sí, por tanto forman una cuadrícula. Si os fijáis, podéis ver que en los mapas cartográficos cada lado de los cuadritos de la cuadrícula equivale a 1 km en la realidad. Esto nos va a venir muy bien medir distancias aproximadas.

Además de esas líneas podemos ver otras líneas curvas de color marrón o negro. Estas líneas a veces aparecen más unidad y otras veces más separadas. Se llama curvas de nivel. Cada una de las líneas une puntos que se encuentran situados a la misma altura. Si os fijáis, podéis ver que hay algunas más gruesas y de color más oscuro. Estas líneas son las principales, y si las seguimos en el mapa, podemos ver que aparece un número indicándonos la altura a la que corresponde.

La orientación con brújula

La brújula resulta de vital importancia para quienes se alejan de zonas pobladas. Consiste, básicamente, en una diminuta barra metálica imantada que invariablemente señala el Norte. Las de mejor calidad poseen en su interior un limbo graduado en un disco giratorio numerado, que aumenta de cero a 360 º de la siguiente manera: Norte =0 grados, Este = 90 º, Sur= 180 ª, Oeste= 270 º. El norte se denomina 360 º o 0 grados indistintamente.

La brújula magnética es el instrumento más sencillo y preciso para obtener rumbos y, junto con la carta topográfica del lugar, constituye un elemente básico de orientación. Su utilización es más fácil: tan sólo habrá que depositarla sobre una superficie plana no metálica, esperar a que se detenga la aguja o el disco graduado y después leer el rumbo buscado.

La brújula debe mantenerse alejada de cualquier masa metálica o campo magnético durante su manejo, porque se alteraría la medición. No  es inusual que algún “despistado” intente orientarse con una brújula manual dentro de un automóvil o al lado de un transistor de radio. Asimismo, deber utilizarse lejos de instrumentos de metal, como armas, linternas, cuchillos, etc.

PARTES DE LA BRÚJULA

El fundamento de la brújula es la atracción magnética que ejerce la tierra sobre los objetos imantados.

El Norte Magnético Terrestre no coincide en la mayoría de las zonas del mundo con el Norte Geográfico, ambas direcciones forman un ángulo, que se denomina Declinación Magnética, que es diferente para cada lugar.  .En España la Declinación varía entre 6º y 10º Oeste.

Por lo tanto, para obtener el Norte Geográfico tendremos que sumar al Norte Magnético la Declinación

Las partes son:

1. Base de plástico
2. Anillo giratorio graduado
3. Aguja magnética
4. Flecha orientadora y sus líneas auxiliares
5. Punto de lectura
6. Flecha de dirección de viaje y sus líneas auxiliares

Orientación con la brújula en el mapa.

Para reconocer los rasgos topográficos de un lugar (ríos, montes, valles, etc) representados en el mapa, situarse sobre un punto elevado y orientar el mapa. Ajustar la brújula, girando su limbo hasta hacer coincidir la letra N con el índice fosforescente de la plancha.

A continuación, colocar la brújula sobre el mapa extendido de manera que las líneas de dirección de la brújula, marcadas en rojo sobre la plancha, sean paralelas a los meridianos del mapa. Manteniendo así el conjunto, brújula-mapa, girarlo hasta que el extremo rojo de la aguja magnética marque el Norte.
De esta manera los accidentes geográficos del mapa quedarán orientados con la misma posición en la que pueden ser observados y reconocidos en la realidad.

Orientación con la brújula en el campo.

Para determinar la dirección de cualquier accidente geográfico sobre el campo, se lanzará  una visual que alineará el punto de referencia con la brújula. Sin variar la orientación, girar el limbo graduado de la brújula hasta que el Norte coincida con la dirección de la aguja magnética. La dirección buscada vendrá determinada por el ángulo formado por ambas direcciones, e indicado sobre el limbo graduado por el índice fosforescente.

La orientación por indicios naturales

Existen diversos indicios que deja la naturaleza que pueden ser utilizados perfectamente para orientarnos, aunque son menos fiables que los anteriores, por lo que sería conveniente que los contrastáramos, si es posible, a ver si coinciden:

-Solana / Umbría: La solana es la falda de los montes que da hacia el sur, es mucho más seca que la umbría (norte) ya que le da mucho más el sol  y por lo tanto se nota mucho en la vegetación.

-Musgo: El musgo suele crecer en las zonas más húmedas, donde menos de el sol, por lo que crece en la cara norte de árboles y rocas.

-Árboles: pueden tener más hojas y más insectos en la parte sur (hay más luz). Golpeando el árbol suena más hueco en el sur. En un tocón (lo que queda en el suelo del árbol al cortarlo), los anillos estarán más separados en el Sur, por lo que el centro estará desplazado hacia el Norte.

-Los conejos suelen hacer la madriguera hacia el sur.

-Los muros y rocas suelen estar más secos en la parte sur, por el sol.

-La nieve suele aguantar más y más dura en la parte norte de la montaña.

La orientación con el sol

Cuando no tenemos a mano una brújula, existen formas de orientarnos durante el día utilizando el sol. El sol es una gran referencia si lo sabemos utilizar, lo principal consiste en recordar el movimiento aparente del sol a través del cielo, durante el día.  Por la mañana, sale casi en dirección al este y por la tarde se oculta casi al oeste.

Dependiendo del lugar donde nos encontremos, podemos utilizar algunos métodos  para orientarnos.

En la salida del sol, si estamos en el campo algún día próximo al equinoccio de primavera, 21 de marzo, o al equinoccio de otoño, 23 de septiembre, podremos deducir con bastante exactitud la posición de los cuatro puntos cardinales. Extendiendo los brazos, situar la mano derecha hacia el este, salida del sol, en frente el norte, la mano izquierda el oeste y la espalda el sur.

Marcas del sol

Los árboles tienen más hojas del lado que les pega más el sol, es decir hacia el sur.
Los insectos que taladran la corteza de los árboles, hacen sus nidos del lado más soleado.
Los anillos que marcan el crecimiento del árbol, son más anchos hacia el sur; no es necesario cortar un árbol para comprobarlo ya que si golpeamos el tronco con una piedra, a todo su alrededor, el golpe sonará más hueco del lado en que recibe más sol.

Algunas plantas, como los líquenes y el musgo, prefieren el lado sombreado y húmedo, por lo que se encontrarán más fácilmente hacia el norte de rocas y troncos de árboles.

Con la sombra:

Si al mediodía, hora solar, nos colocamos de espaldas al sol, nuestra sombra marcará la dirección Norte.

Pero si necesitamos orientarnos en otra hora distinta del mediodía, podemos hacerlo clavando una estaca verticalmente al suelo y observar la posición  de su sombra.

La dirección del Norte la podemos obtener girando 15º, en sentido de las agujas del reloj, por cada hora que falte para el mediodía. O girando 15º, en el sentido contrario al de las agujas del reloj, por cada hora que sobrepase.

El reloj, instrumento de orientación

Un reloj ordinario sirve también para determinar aproximadamente el norte o Sur geográficos. En nuestro caso el reloj permite averiguar la dirección de la zona templada meridional (norte). Las 12 del reloj apuntan ahora hacia el sol, la línea trazada a mitad de camino entre las 12 y la aguja de las horas indica el norte. Lo que decíamos del horario de verano se aplica también aquí: la línea del norte se sitúa entonces entre la aguja de las horas y la 1 del reloj. Las zonas templadas se extienden entre 23 ½º y 66 1/20 de latitud en ambos hemisferios.

Este método no está exento de errores, especialmente en latitudes bajas, puede hacernos andar en círculo. Para evitarlo, improvísese un reloj de sol y hágase los ajustes necesarios con el auténtico reloj, repitiendo la operación cada hora durante la marcha.

La orientación por la noche “La Estrella Polar”

Para ello es necesario saber distinguir en el firmamento estrellado la constelación de la Osa  Mayor.

La característica posición de sus estrellas facilitará su reconocimiento. Una vez localizada, la Osa Mayor, si prolongamos cuatro veces la distancia que separan las estrellas B y X, como indica el dibujo, encontraremos una estrella pequeña, que forma parte de la Osa Menor, pero que tiene la propiedad de no moverse en el firmamento y está señalando el Norte. Esta estrella es la Estrella Polar.