Introducción

A la hora de ponerse a estudiar, cada persona debe conocer las diferentes técnicas que existen para rentabilizar el estudio, y así, elegir aquella que mejor se adapte a su forma de aprender y retener los contenidos, e, incluso, adaptarlas o inventar nuevas maneras de llevarlas a la práctica. Lo importante es que nos sirvan para aprender mejor.

Lo primero que tenemos que hacer, antes de empezar, es planificarnos el estudio. Tenemos que conocer el programa de las asignaturas y las fechas que nos marcamos como límite para acumular conocimientos. Distribuimos los temas según los días, semanas o meses antes de un examen.

Para organizarnos tenemos que pensar en diversos puntos:

  • Estudio mañana o tarde
  • Orden de dificultad de la asignatura (fácil, media o difícil)
  • Tiempo máximo de estudio 2 horas
  • Distribución de las horas del día

Tras la organización del tiempo, empezaremos con el aparatado de la lectura, como tarea previa para comenzar el estudio.

1. La lectura

La lectura es la parte más importante del estudio. Primeramente haremos, lo que podemos llamar Prelectura mediante la cual conocemos el tema a grandes rasgos; es lo que llamamos “lectura crítica”, mediante ella conseguimos un aprendizaje significativo, establecemos relación de lo conocido con la nueva información que nos llega con el texto. Es muy importante, ya que puede ayudar a entenderlo y recordarlo. Leer, sacar las propias conclusiones y contrastarlas con lo que cada uno piensa.

A continuación exponemos dos puntos relacionados con la lectura:

  • Repetir: un 50% de la lectura se olvida nada más concluirla. Repetir con las propias palabras el material leído ayuda a la retención.
  • Repasar: hay que comprobar que se ha entendido y asimilado todo el material que interesa. Es necesario releer y aprovechar las notas, esquemas o resúmenes que se tengan.

Dentro de la lectura encontramos también la velocidad lectora. Proponemos un ejercicio para comprobar la velocidad lectora de cada uno.

  • Elige un texto adecuado a la edad y nivel de estudios, unas 400 palabras.
  • Cuenta el número exacto de palabras que tiene.
  • Calcula el tiempo que tardas en leerlo, con comprensión de la lectura.
  • Cuando tengas los dos datos solo tienes que multiplicar el número de palabras del texto por 60 segundos y dividirlo entre el tiempo tardado. El resultado es el número de  palabras que puedes leer en un minuto.
  • En la siguiente tabla se muestra el nivel, guiándonos en Bachillerato, según las palabras leídas por minuto.

 

Nivel

Palabras/ minuto

Excelente

Bueno

Normal

Insuficiente

Muy deficiente

260

220- 259

190-219

170- 189

0-169

La velocidad lectora variará dependiendo de la dificultad del texto, lo importante es comprenderlo, aunque no podemos olvidar la velocidad, ya que si somos demasiado lentos leyendo, seguramente no tengamos tiempo suficiente para estudiarnos todo el contenido de diversas asignaturas.

2. La lectura detenida, el subrayado y anotaciones al margen

Cuando realizamos una lectura detenida del texto debemos estructurarlo y captar las ideas, subrayar paralelamente las ideas principales, secundarias y los detalles importantes.  Tanto el subrayado como las notas al margen nos ayudan a destacar lo relevante de la información que vamos leyendo. Además el subrayado nos proporciona más facilidad y agilidad para próximas lecturas de repaso. Las anotaciones sirven para hacer obvios, algunos aspectos que no aparecen en el texto.

Una vez que vamos a empezar a subrayar tenemos que tener en cuenta varios aspectos:

  • Subrayaremos las palabras clave que representan las ideas principales y las secundarias, así como los detalles de interés.
  • Antes de subrayar es necesario haber comprendido el texto.
  • Podemos utilizar diferentes trazos o colores según la importancia de los aspectos a destacar. (cuando no se tiene experiencia en el subrayado es mejor comenzar con mismo color y mismo trazo).
  • El subrayado tiene que ser breve, cuando queremos subrayar varias líneas seguidas, es más práctico situarlas entre corchetes o paréntesis.

Mientras vamos leyendo y subrayando haremos anotaciones al margen, como palabras clave para así, explicar cuestiones que no se dicen directamente en el texto, pero nos van a resultar útiles para la organización de la información en los esquemas. También utilizaremos signos, flechas o distintos símbolos que nos ayudan a destacar o relacionar contenidos

3. Técnicas de síntesis

Después del subrayado y comprensión del texto pasamos a las técnicas de síntesis, claves en el estudio para:

  • Aclarar la estructura, destacando lo importante.
  • Ordenar las ideas según la importancia de las mismas.
  • Reducir la extensión del texto a estudiar.
  • Facilitar el repaso.
  • Facilitar el estudio activo.

Mostramos diferentes tipos de técnicas de síntesis, cada una con sus características según el tipo de estudio. En cualquier caso tú puedes adaptarlas según tu estilo propio, necesidades y texto a estudiar.

Resumen

Cuando hacemos un resumen tenemos que sintetizar la información de la forma más breve posible, utilizando un lenguaje propio. Podemos destacar:

  • La idea principal del texto.
  • Las partes que tiene.
  • El tema de cada parte.
  • Las opiniones del autor.
  • La opinión propia.

Características de un buen resumen son:

  • Brevedad, para lo cual, mejor no repetir.
  • Claridad: distinguir las ideas principales.
  • Jerarquía: lo prioritario debe destacar sobre lo secundario.
  • Integridad: tenemos que destacar lo importante no recortar el tema.

Esquema

Un esquema supone la representación jerárquica de un texto, destacando las ideas principales y secundarias, así como su estructura lógica (subordinación entre lo principal y lo secundario). Las características de un buen esquema son:

  • Brevedad: representar lo importante.
  • Estructura: conseguir que se refleje a primera vista la estructura interna de todo el tema, así como las relaciones que hay entre sus partes.
  • Simbolismo: emplear, flechas, puntos, recuadros, llaves, dibujos alegóricos, palabras claves, etc., que permitan expresar de forma gráfica el contenido.

Cada uno podrá utilizar números, letras o signos (*, _) para estructurar su esquema. Lo importante es cumplir las características antes indicadas.

Cuadro comparativo

Consiste en un cuadro de doble entrada que permite organizar la información de acuerdo con unos criterios previamente establecidos. La finalidad principal es establecer las diferencias entre los conceptos que se tratan.

Mapas conceptuales

El objetivo de los mapas conceptuales es representar relaciones significativas entre conceptos en forma de proposiciones. Está considerado como una de las herramientas principales para facilitar el aprendizaje significativo: integrar los conceptos en una estructura organizativa de la información, caracterizada por la jerarquía.

La elaboración de un mapa conceptual implica:

  • Elección de signos conceptuales clave del texto.
  • Búsqueda de conceptos relevantes en la estructura cognitiva.
  • Construcción de proposiciones entre los conceptos que se proporcionan y los conceptos que ya se conocen (a través de los enlaces).
  • Distinción entre los objetos o acontecimientos concretos y los más generales que incluyan estos acontecimientos u objetos.

En los mapas conceptuales podemos encontrar los siguientes puntos:

  • Proposiciones: la relación entre dos conceptos debe indicarse mediante la línea que los une y la palabra de enlace correspondiente.
  • Jerarquía: cada uno de los conceptos subordinados debe ser más específico que el concepto que hay dibujado sobre él.
  • Conexiones cruzadas: deben señalarse enlaces si existen relaciones significativas entre elementos pertenecientes a distintas jerarquías conceptuales.
  • Ejemplos: habrán de hacer referencia a acontecimientos u objetos que sean concreciones válidas de lo que designa el término conceptual.

Fichas y ficheros

Con determinados temas o estudios podemos realizar fichas y ficheros para aclarar conceptos específicos que no pueden aclararse con esquemas. Por ejemplo:

  • Glosarios de términos de un ámbito de estudio.
  • Fórmulas en ciencias.
  • Diccionarios de idiomas

Cuando tengamos las fichas elaboradas, tenemos que almacenarlas de forma que nos facilite la utilización. Tenemos que clasificarlas según el criterio que deseemos (orden alfabético, cronológico, temática, etc.)

También nos pueden ser útiles para la lectura de libros, cuando leemos un libro podemos ir anotando las características importantes en las fichas, y al terminar el texto obtendremos un fichero organizado con anotaciones para posteriormente estudiar o realizar comentarios de texto.

Listas de conceptos

Esta técnica la utilizaremos sobre todo cuando queramos realizar una clasificación de conceptos sobre un tema. Ésta solamente permite la ordenación que realizamos primeramente, limitando otro orden.

Resultan de gran utilidad en el repaso de aquellos términos dudosos o confusos, además de que su elaboración resulte relativamente ágil.

4. Estudio y memorización

Cuando vayamos a estudiar o memorizar la información, debemos evitar distracciones porque impiden nuestra concentración y atención.

Para conseguir los conocimientos con MCP (memoria a corto plazo) o MLP (memoria a largo plazo), utilizaremos la repetición de los contenidos, y repasar los temas estructurando el material con las diferentes técnicas explicadas anteriormente.

Para mejorar la capacidad de memorización podemos:

–       Mejorar la atención y concentración

–       Acostumbrarse a clasificar (para destacar semejanzas y diferencias)

–       Haciendo relaciones entre las ideas

–       Pensar con imágenes

–       Hacerse preguntas sobre el tema para mejorar así la asimilación y fijación

5. Repaso

El repaso es fundamental para el estudio, si no repasamos podemos olvidar hasta un 80 % de lo estudiado. Los conocimientos aprendidos se van olvidando progresivamente si no se repasan, para ello debemos repasar de esquemas, resúmenes, fichas, etc. nunca repasaremos del libro de texto.

¿Cómo podemos repasar?

Cuando vayamos a repasar nunca tenemos que variar de asignatura, nos centraremos solamente en una. Si tenemos que repasar más de una, deberemos hacer un descanso para ello. Muy importante también para el repaso es organizar el tiempo disponible y el número de esquemas o resúmenes a repasar para poder organizarnos. Y por último tener muy en cuenta el tipo de examen que tenemos que realizar, no todos se estudian igual ni requieren el mismo tiempo.

En cada sesión de repaso:

–       Intentamos recordar las ideas principales, sin consultar ninguna nota

–       Tras ello, comparamos y contrastamos lo aprendido

–       Si no lo recordamos, releemos los esquemas y unidades

¿Cuándo repasamos?

Antes de empezar los repasos de la asignatura, debemos organizar nuestros días y horas. Para que no vaya bien debemos:

  • 1º repaso: en las primeras horas después del estudio
  • 2º repaso: al día siguiente
  • 3º repaso: a la semana
  • Los siguientes repasos: planificarlos según la fecha de examen. Realizar un repaso uno o dos días antes del examen.
  • Cada sesión de repaso breve (1h 30 min.) período de descanso (10 min.) Dependerán también de la cantidad de temario.