Adivina, adivinanza.

¿Cuál es el ave que no tiene panza?

(La avellana)

Blanco por dentro,

verde por fuera;

si quieres que te lo diga,

es-pera.

(La pera)

Oro parece,

plata-no es;

el que no lo adivine,

bien tonto es.

(El plátano)

Blanco fue mi nacimiento,

verde mi niñez,

roja mi madurez

y negra mi vejez.

(La mora)

Casquete sobre casquete

casquete de paño fino

no lo adivinarás en un año

y en dos porque te lo digo.

(La cebolla)

Don Dolindón el viejo

Lleva dos mil a caballo

Todos visten de negro

Menos don Dolindón el viejo

(El olivo)

El sol las madura,

la mano las rompe.

El pie las tritura,

la boca las bebe.

(Las uvas)

En el campo fui nacida,

mis hermanos son los ajos,

y aquel que llora por mí

me está partiendo en pedazos.

(La cebolla)

Era un sol en miniatura

y en la hierba la encontré.

Cuando sin piel la dejé,

me fascinó su frescura.

(La naranja)

Es un fruto delicioso,

aunque no es el más carnoso.

Su piel es roja y brillante.

(La cereza)

Fui al monte, corté un palito,

hice una artesa y un calderito.

(La bellota)

Había una casita verde

y en esa casita verde había una casita amarilla

y en esa casita amarilla otra casita muy blanca

y en esa casita blanca un corazón también blanco.

(La nuez)

Largo, largo como una soga

y tiene dientes como una zorra.

(La zarzamora)

Tengo el corazón en la cabeza.

Vivir en una pata es mi proeza.

(La col)

No tengo cabeza, pero llevo sombrero,

sin pies me mantengo erguido.

En los bosques me aglomero,

por los duendes soy muy querido.

(La seta)

Primero, blanca como la nieve.

Más tarde, verde como pradera.

Después tan roja como la sangre.

Y al fin tan negra como la noche.

(La zarzamora)

Tela sobre tela,

paño sobre paño,

si no me lo adivinas

no te lo digo en un año.

(La cebolla)

Tú no te imaginas qué extraña es mi suerte:

salgo de la tierra y voy al mercado.

Llego a la cocina y una mano fuerte

me mata y destroza. Como resultado

enseguida llora sin dolor de mi muerte.

(La cebolla)

En muros de mármol de extrema blancura,

cubierta de un velo muy suave y sedoso,

la sustancia de oro brinda su hermosura.

No hay puertas que turben su inmenso reposo,

mas todo está expuesto a quiebra y ruptura.

(El huevo)

Mi madre es tartamuda ,

mi padre es cantaor;

tengo el vestido blanco

y amarillo el corazón.

(El huevo)