Eran dos tipos requetefinos
eran dos tipos medio chiflaos
eran dos tipos casi divinos
Eran dos tipos desbaratados

Si se encontraban en una esquina
o se encontraban en el café
siempre se oía con voz muy fina
el saludito de Don José

– Hola don Pepito
– Hola don José
– ¿Pasó usted por mi casa?
– Por su casa yo pasé
– ¿Vio usted a mi abuela?
– A su abuela yo la vi
– Adiós don Pepito
– Adiós Don José